"El lugar elegido estaba algo al poniente de la ciudad de Penco. Trabajando todos los expedicionarios y sus auxiliares, levantaron un reducto en forma de media luna de gruesos maderos enterrados, con un pozo ancho y hondo para reforzar la defensa..." (Encina)

Una vez concluida la batalla de Andalién, los españoles se recluyeron tras una empalizada que don Pedro de Valdivia había ordenado construir y la que, a manera de escudo, les permitía defenderse y atacar.

Con el correr de los años, y en este lugar que el gobernador español describiera como "el mejor puerto de la bahía de las Indias", se erigiría la ciudad de Penco.